marzo 24, 2021

Turó Calamot

 Hipiclub 












Torre Can Rosés

Torre y masía. Torre de defensa y vigilancia del siglo XVI, de planta circular, realizada en mampostería y conserva aspilleras en su estructura, construida probablemente para defensa de ataques piratas turcos o berberiscos, frecuentes en el litoral mediterráneo español durante los siglos XVI y XVII. Se encuentra adosada a la masía Can Rosés, del siglo XIV, y comunicada con ésta a la altura del primer piso a través de un puente cubierto. Restaurada recientemente, se encuentra en buen estado de conservación. y rodeada de extensas tierra de cultivo. Le da majestuosidad y elegancia una pasarela flanqueada por cipreses que la comunica con la pista que lleva al Hipiclub y a la carretera de Gavà. Descripción Estado de conservación Ha sido restaurada recientemente y se encuentra en buen estado de conservación.







Calamot

Espacio delimitado por dos cerros, 'Calamot' y 'La Roca', tiene una larga historia de ocupación humana. Se han encontrado restos del poblado ibérico del Calamot habitado entre los siglos VI y I a. C. En la línea de costa, situada en aquel momento en la carretera a Santa Cruz de Calafell, había un puerto de anclaje en lo que hoy se conoce como las Sorres que funcionó desde el siglo IV a. C. hasta la época romana. 

De la época romana, se han localizado restos de almacenes agrícolas, posiblemente dedicados a la producción de vino, de entre los siglos I a. C y I d. C que podrían ser parte de una villa romana todavía no localizada o ser estructures aisladas de las villas ya localizadas en Sant Pere de Gavà y Can Valls del Racó. 

La actividad del puerto decayó desde el siglo II d. C. y así continuó hasta la caída del Imperio romano en el siglo V d. C. La causa puede ser que las nuevas tierras aportadas por el río Llobregat dificultaran la navegación o la crisis del estado romano que llevó a una ruralización de la economía y la sociedad. Esta tendencia última llevó al abandono de las villas en el Bajo Llobregat y al regreso a las cuevas. 

Su nombre y la Edad Media

Se desconoce el origen del topónimo Calamot. Algunos proponen un origen árabe, a partir de la palabra árabe Qala, que significa castillo, y el posible nombre de persona germánico Mot. Ahora bien, no se ha encontrado ninguna estructura en el cerro que se relacione con la ocupación árabe. Otra propuesta para el origen del topónimo es el griego calamoté, que significa cañar.​ De hecho, hacia poniente del turó del Calamot pasa la riera de los Canyars, y en el poblado ibérico del Calamot se han encontrado restos de cerámica griega, lo que indica los contactos entre sus habitantes y los griegos. 

 

Tras la conquista condal del territorio, la protección de los ataques musulmanes se estructura mediante la construcción de una serie de torres de defensa, en la Roca hubo una de ellas. Pero no encontramos la primera noticia documentada sobre la Roca (la Rocha) hasta el 3 de julio de 1043 y también el 19 de marzo de 1146 (la Rocha de Gavano). 

Con el proceso de feudalización, primero fue entregada la custodia militar del castillo de Eramprunyà y de las torres de Gavá a familias nobles y después esta delegación de los condes de Barcelona pasó a ser hereditaria. No está claro si el mismo proceso siguieron las fortificaciones menores, usualmente levantadas junto a núcleos de población preexistentes al castillo. En todo caso, en los siglos XII y XIII estaban en la torre de la Roca las familias Bleda y Tició. Esta última era descendente de un antiguo batlle reial de Gavá a mediados del siglo XII, y posteriormente recibieron de Sant Cugat el feudo de Castelldefels (1178-1340). Uno de los hijos de esta estirpe consiguió el señorío de la torre de la Roca en 1216. En 1305 Pere March lo Prohom, futuro señor de la Baronía de Eramprunyà, compró a los Tició la casa y el término de la Roca. Con la familia de los March, la posesión de la casa de la Roca tuvo un papel importante, fue reservada para sus herederos primogénitos. 

El primer señor de la familia March, Pere March, también consiguió autorización para trasladar la capilla de Santa Magdalena del Sitjar (lugar que actualmente ocupa la capilla de Nuestra Señora de Bruguers) a una capilla construida al lado de la Casa de la Roca. Por otro lado, también consiguió en 1324 de parte del rey Jaime II de Aragón autorización para celebrar mercado los martes en la Roca. 

 

Población, Edad Moderna y Contemporánea

Tenemos algunos datos sobre los habitantes del núcleo de la Roca: 40 familias en 1337, 26 hogares en 1365 por causa de la peste, 23 hogares en 1381 y 10 hogares en 1522. En un plano de Gavá de inicios del siglo XVIII, se diferencian dos núcleos de población, Sant Pere de Gavà y La Roca, este último con seis edificios. 

Una referencia del año 1789 todavía habla de la existencia de la capilla de Santa María Magdalena de la Roca, pero no habla de su estado ni de si el pueblo continuaba habitado. En la ley de 1834 que estableció la división en partidos judiciales todavía habla de "Gavá y los Santuarios de Brugues, San Miguel y Santa María Magdalena". La capilla estuvo en pie hasta 1836. 

En el entorno del Calamot y la Roca hay dos masías. Una es el más de l'Horta, levantado de nueva planta en el siglo XVII. Su nombre parece relacionado con el topónimo medieval L'horta del señor, que aparece en algunos documentos. La otra masía es Can Ribes, una masía bien conservada que también fue levantada de nuevo, en el año 1769, en un campo denominado La Figuereta. En el siglo XVIII fue propiedad de Francesc Ribes, fabricante textil y ciudadano honrado de Barcelona. Estas masías, inicialmente dedicadas a la viña, después del ataque de la filoxera fueron dedicadas a cultivos de secano: almendros, algarrobos y olivos. 

 

Actualidad

En 1976 el Calamot fue calificado como zona verde. Más tarde un vial por debajo de Can Ribes separó los cerros del Calamot y la Roca. En 1998, una parte del turó de la Roca (5,9 ha), despoblado desde hace tiempo y desaparecidos sus edificios, fue urbanizada y pasó a denominarse oficialmente Parc del Calamot.​ Entre 2011 y 2012, una parte del territorio entre los dos cerros es urbanizada como barrio de Can Ribes (7,49 ha), construyendo un nuevo vial por encima de Can Ribes, masía que pierde los muros que le rodeaban. Según el proyecto urbanístico, el territorio que rodea el turó del Calamot (13 ha) pasará a denominarse Parque Nuevo del Calamot.







El material arcilloso de la colina del Calamot, se aprovechó para habitar cuevas y horadar espacios en las vertientes de las rieras que paran por el Turó de Calamot en Gavà, muy cerca de donde se encuentra hoy el parque municipal que le da nombre, inaugurado hace unos 20 años. Emigrantes venidos de Andalucía, especialmente algunos pueblos de Granada cómo Benalua de Guadix, (dónde aún se vive en cuevas acondicionadas por el hombre), trabajaban como jornaleros en las faenas agrícolas, por la falta de vivienda asequible en Gavà y economías precarias, se habían visto obligados a vivir en agujeros excavados en la tierra. Las inundaciones del Baix Llobregat de 1962, fueron silenciadas a la opinión pública que trató de minimizar los daños pero dejó al descubierto la pobreza existente pues numerosos vecinos de El Prat, Gavà, Cornellà y otras poblaciones vecinas, perdieron sus viviendas y se encontraron desprovistos de medios en plena calle. A lo largo de la ruta veremos también, varios senderos bonitos, las ruinas de varios hornos de cal, una prensa de vino, una balma y dos cimas de colinas y varios bosques de robles y de pinos . Recorrido Un recorrido que sale del castillo, en dirección Can Vinader, luego nos adentraremos en el bosque, hasta el sendero Agustina de Aragón, luego una serie de senderos con algo de dificultad de suelo roquizo, bajo pinares y robledos, hasta el parque de bomberos, desde donde por un sendero accederemos, primero a la Cueva - Balma y luego hasta la cima del Turó del Calamot, subiremos por un lado y bajaremos por otro que nos dejará en un paso subterráneo, en esa misma zona están los restos de las viviendas-cueva, una vez visitadas, subiremos a la cima del Turò Caçagats y visitaremos el mirador que da a la cantera, cerca el espacio peculiar de la Roca Negra (con forma de cara), una serie de rocas amontonadas con curiosas formas, el mirador de la antigua pedrera, ascenderemos hasta la cima y descenderemos al lado de la pista de entreno de la hípica, mas adelante nos adentraremos en el Hipiclub, y ya descenderemos por el paseo entre naranjos, pasaremos por la Torre Medieval, pasaremos por el puente de la riera dels Canyars y tomaremos el desvío del pueblo, en un suelo cementado enfrente del edificio de Quintela, callejeamos hasta la Pza Juan XXIII para finalizar la pequeña excursión a 500 mts del lugar de partida. Podemos preguntarnos porque razón un entorno tan bello es compartido con unas ruinas tan espantosas, llenas de hormigón, acero corrugado, boquetes infernales que no han sido retiradas en 50 años, la explicación es muy simple, el valor del terreno tan cerca de Barcelona, el aeropuerto y en zona costera ha subido exponencialmente, lo cuál representa un negocio inmobiliario sin precedentes. PD Esta excursión tiene una finalidad también de concienciación, pues en breve toda esta roureda y pinares serán destruidos para crear nuevas viviendas, por lo tanto no sabemos cuando será la última vez que podamos visitar este entorno, guarden las fotos. En resumen el plan es: La construcción de 4.968 viviendas nuevas, 2.300 antes de 2026, utilizando estos terrenos, la vía de la rehabilitación de edificios antiguos en la Comarca, queda descartada pues no da pingües beneficios, a repartir entre inmobiliarias y Ayuntamiento. Gavà crece a un ritmo de 0,14% 66 personas por año, pero se trata de incrementar artificialmente la población.
Proyecto Urbanístico Salvem el Calamot Responsables(por cierto en el 2015 también eran del PSC, partido muy preocupado por el medio ambiente, el cambio climático, etc. etc.) 










Asentamiento romano














Viviendas Cueva






Paso subterráneo


Turó Calamot







Balma Calamot












Pino de los 5 troncos


Horno de cal


Prensa de vino y pozo












Cisterna agua potable romana

El yacimiento de Can Valls del Racó, de unos 12 metros de largo por unos tres metros de ancho, conserva la mitad de una cubierta con bóveda de medio punto y de una altura interior máxima de unos dos metros. Tanto los muros que quedan en pie, casi todos, excepto la mitad del de levante, como la bóveda están ejecutados según la técnica romana del opus incertum, trozos más bien pequeños de piedra aglomerados con mortero, e impermeabilizada con revestimientos de opus signinum , mezcla formada por cal, arena y pedazos de barro. La cisterna fue construida en una cronología que abarcaría todo el siglo I dC hasta llegar al menos al primer cuarto del siglo II dC y podría haber formado parte de una serie de instalaciones de una especie de oficina portuaria vinculada al próximo anclaje de las Arenas. 
Aproximadamente a partir del siglo XVI y hasta bien entrado el XIX, esta infraestructura fue aprovechada como bodega de una masía que se construyó en el mismo lugar y que dio nombre al topónimo actual. 
Tienen unos orígenes inciertos, pero se ubican en la época romana, en la que el comercio en el Mediterráneo estaba en auge, la zona del Baix Llobregat, y específicamente de Gavà Mar, suponía entonces un anclaje clave para los barcos llegados a orillas mediterráneas, que desembarcaban en la conocida zona de les Sorres de Gavà. Esta zona, que todavía mantiene hoy una gran actividad agrícola, era entonces un puerto marítimo muy importante para la costa barcelonense. 
Can Valls del Racó ocupa una posición central dentro de esta zona, no se sabe cuándo fue abandonada. Lo que sí se cree es que podía haber formado parte de una serie de edificaciones que consolidaban una especie de ‘oficina portuaria’, vinculada al espacio de les Sorres. 
Por ese motivo, ha sido clasificada como villa romana, uniéndose así a otras existentes en la ciudad, como la de Sant Pere, siendo ambas las mejores conservadas. A partir del siglo XVI y hasta el siglo XIX, la infraestructura se usó como bodega de una masía, construida en ese mismo emplazamiento y que dio lugar al nombre actual. 
El elemento que destaca de este hallazgo arqueológico es la cisterna romana, un deposito utilizado para almacenar y distribuir agua dulce a la población más cercana. Esta estructura, de planta rectangular y empotrada en la ladera de una colina, está situada junto a la riera de Canyars, situada muy próxima al mar en la época romana. 
Se trata de una estructura de un solo ámbito, con una planta de 12 metros de largo y 3 de ancho, que conserva la mitad de la cubierta y que tiene una altura interior máxima de unos 2 metros. Tanto los muros que se mantienen alzados como la bóveda de medio punto están ejecutados siguiendo la técnica del opus incertum. 
Esta técnica constructiva romana se vale de sillares (piedras) cortadas de forma irregular y colocada aleatoriamente en un muro con opus caementicium una especie de hormigón hecho con mortero y piedras. La estructura está además impermeabilizada con revestimientos de opus signinum, una mezcla de calcio, arena y terriza. 
La estructura, que data entre los siglos I y II dC, ha sufrido un grave deterioro con el paso de los años, se restituyó la cisterna y parte del muro caído con materiales de la zona. 
Estos trabajos de consolidación se iniciaron el pasado mes de abril'18, albergando un estudio arqueológico y de consolidación de los restos, que permitirán conocer, proteger y poner en valor la cisterna romana y su reutilización para una masía moderna. 
Se trata de la tercera campaña de trabajos arqueológicos que se hace en Can Valls. La primera intervención fue realizada en 1984 por el Servicio de Arqueología de la Generalitat, cuyas excavaciones permitieron situar cronológicamente la villa. La segunda campaña la inició en 1989 el Centre d’Estudis Martorellencs, que incluyó un estudio geológico y prospecciones geofísicas. 
La restauración de este yacimiento cuenta con un presupuesto de 55.600 euros, y su seguimiento lo lleva acabo el arqueólogo Àlvar Caixal, con la autorización y el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat.

   











Podemos preguntarnos porque razón un entorno tan bello es compartido con unas ruinas tan espantosas, llenas de hormigón, acero corrugado, boquetes infernales que no han sido retiradas en 50 años, la explicación es muy simple, el valor del terreno tan cerca de Barcelona, el aeropuerto y en zona costera ha subido exponencialmente, lo cuál representa un negocio inmobiliario sin precedentes. PD Esta excursión tiene una finalidad también de concienciación, pues en breve toda esta roureda y pinares serán destruidos para crear nuevas viviendas, por lo tanto no sabemos cuando será la última vez que podamos visitar este entorno, guarden las fotos. En resumen el plan es: La construcción de 4.968 viviendas nuevas, 2.300 antes de 2026, utilizando estos terrenos, la vía de la rehabilitación de edificios antiguos en la Comarca, queda descartada pues no da pingües beneficios, a repartir entre inmobiliarias y Ayuntamiento. Gavà crece a un ritmo de 0,14% 66 personas por año, pero se trata de incrementar artificialmente la población.
Responsables (por cierto en el 2015 también eran del PSC, partido muy preocupado por el medio ambiente, el cambio climático, etc. etc.)

Todo esto tendría su explicación si el partido que gobernó y gobernará Catalunya durante la década 2010-2021 con plenas competencia no fuera:

ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA-ELS VERDS-POBLE UNIT-ACORD MUNICIPAL (ERC-EV-PU-AM)

Supongo que tendrán que quitar lo de 'ELS VERDS' para no caer en contradicciones 






Parc CalaParc 
Parque Calamot






























Tina de Vi










Ruinas 'Els Canyars'






























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